mis dos ojos resbalan por tu cuerpo,
me quedo con mi amor y con lo puesto,
y con unas tremendas ganas de amar.
Tú eres mi agua, mi pimienta y sal,
perderte es el peor de todos mis miedos,
sólo pienso en hacernos juntos viejos,
estoy harto de tener que saber estar.
Tu alma sigue siendo muy, muy sectaria,
sigo sintiendo terror al fracaso,
tú vas a lo tuyo con tus fronteras.
Mi alma hace ya que tiene propietaria,
desde que tú le marcas un buen paso,
con el ritmo que dictan tus caderas.
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