martes, 1 de enero de 2013

1002 EPÍSTOLA CENTENARIA EN TERCETOS ALEJANDRINOS


Sabes que mis intenciones son buenas y sanas,
el que nada  intenta en la vida seguro muere,
esta batalla ya me empieza a pintar las canas.

Las cadenas tal y como existen las rompiere,
este es un gran amor del bueno y bien merecido,
es así sin lugar a dudas ni pretendiere.

Hay días en los que me siento frio, abatido,
son las horas ciertas en las que algo temeroso
me hace estar insípido, triste y alicaído.

Siempre espero de tu buen corazón generoso,
que no se esconda mas y de un paso firme al frente,
para así poder sentirme fuerte y poderoso.

Sin embargo, también soy muy realista y prudente,
tengo muy claro que para alcanzar tu fortuna,
no puedo actuar muy insensato y alocadamente.

Siempre tengo rondando alguna hora inoportuna,
en la que me desespero esperando en la espera,
sin que me haga mínima maldita gracia alguna.

Tengo días en que me siento como una fiera,
enjaulado, nervioso, tenso y muy mal airado,
por tener que andar siempre al borde de la ribera.

Bien te quiero en presente, sonante y al contado,
el miedo no me llega, ni toca, no me alcanza,
quiero quererte y así me encuentro, es mi estado.

Lucharé por ti con ahínco, espada o lanza,
el corazón rezumando zumo de sandía,
mi amor hará inclinar bien seguro la balanza.

Quiero romper las ligaduras de tiranía,
harto ya de estar harto de ser honrado y bueno,
para seguir siendo yo el que por ti porfía.

Quiero recostarme cada noche en tu buen seno,
seco, soleado y en paz será nuestro clima,
para estar inmensamente feliz y sereno.

Solo pretendo estar bien pendiente de ti y encima,
sin prestar atención a peligro o miedo alguno,
para poder conseguir conquistar tu cima.

Si es necesario, haré por largo tiempo ayuno,
no entiendo por qué te parece tan y tan raro,
solo estoy a la espera del momento oportuno.

Tengo claro que tu sentimiento es más que caro,
más que un largo y buen crucero por el Mar Egeo,
pero tengo por cierto que me guía tu faro.

Mi íntimo deseo converge en tu gran deseo,
eso ya lo doy hace tiempo por conseguido,
lo doy por supuesto, ni alarde ni devaneo.

Ahora toca preparar con amor el nido,
muy rápido porque si no el alma se nos queja,
en un roble alto y fuerte, fresco y bien escondido.

Quiero regar con preciosas lisonjas tu oreja,
con los bellos poemas de un buen enamorado,
para poder sacar mi corazón de entre rejas.

Bien sabes que soy bastante fuerte y obstinado,
y también que para nada me ganan los vicios,
quiero amarte tanto en secreto como en privado.

Para conseguirte aprenderé mil oficios
e intentaré no quedarme en un banal intento,
por conseguirlo aguantaré mil sacrificios.

Si, tú eres la única que reina en mi pensamiento,
desde el ocaso hasta la aurora de la mañana,
estas presente en cada bello instante y momento.

Sin ti mis horas son tan largas como semanas,
muchas veces me pierdo y no sé ni lo que esperas,
parece que es mi única condición humana.

Solo tu llenas mis estandartes, mis banderas,
alimentando con tu saliva ésta sequía,
y me haces vencedor de las veloces carreras.

estando a tu lado todo es un muy breve día,
así soy desafortunado y siempre el que pierde
alejado de tu piel triunfa la noche fría.

Un color muy preferido, esperanza, verde,
mi sangre acelera como un caudaloso río,
tan solo con el simple hecho de que te recuerde.

Eres mi punto final y nunca me desvío,
mi alma quiere estar junto a la tuya bien unida,
sólo tú eres el único y más grande amor mío.

Mirar tu preciosa sonrisa me da la vida,
por reconocer tu voz en medio de un poblado
me da felicidad instantánea, en seguida.

Di, tras éstos largos días, ¿Qué nos ha quedado?
una lágrima, una sonrisa, desespero
la eterna lejanía que tienes de costado.

Vivo sin vivir en mí, no puedo más, me muero,
es doliente la espera de que el momento llegue,
espero que no sea ni raudo ni postrero.

La hoz de tu maldito olvido no quiero que siegue,
ni corte de cuajo este buen amor con su mano,
sueño ser yo mismo el que mi corazón te entregue.

Quiero ser tu amo mucho antes que sea verano,
postrarte mi amor a borbotones, en racimos,
no puede ser sufrir tanto sufrimiento en vano.

Desde aquella escalera tardía en que nos vimos,
sigo en la brecha, sigo en la lucha, a porfía,
para poder vivir el sueño que no vivimos.

Sabes que es mi alma alocada la que siempre envía
rayos de esperanza sin un mínimo de hartura,
llenos de una inmensa e incansable alegre alegría.

Caminamos por alguna temporada dura,
seguimos labrando los surcos con el arado,
viendo como, poco a poco, nuestro amor madura.

El sentimiento de amor es un niño bien criado,
en buen ambiente de paz, casi nunca de guerra,
harmonía entre futuro, presente y pasado.

Eres para mí lo más sagrado de ésta tierra,
mi alma, mi amor, todo mi ser junto a ti ya camina
con la absoluta seguridad de que no yerra.

Cuando te ven mis ojos es caricia divina,
siempre ando atento y presto a tu posible llamada,
así es como el día empieza y la noche termina.

Mi triste alma está a tus pies postrada y entregada,
expectante, al acecho, contenta y despierta,
con la esperanza de ver tu frente coronada.

No va perdida ni vaga por tierra desierta,
a lo lejos siempre tiene a la vista tu llama,
has sabido encender una luz que estaba muerta.

El centro de la diana es la persona que se ama,
a pesar de las envidias de la mala gente,
serás mi única y exclusiva preciosa dama.

El sol mañanero empieza a salir por poniente,
la gente se despierta hablando hasta por los codos,
muy a su pesar hay sol radiante y resplandeciente.

Te amo sobre todo y de cualquiera de los modos,
has entrado bien en mi armadura de hojalata,
me da exactamente lo mismo qué piensen todos.

La sístole contrae, la diástole dilata,
sangre caliente y alborotada de mis mares
persigue amargamente esa tu estela escarlata.

Eres y serás la reina de grandes pesares,
vivo un encuentro muy fugaz, demasiado breve,
has conseguido penetrar por todos mis lares.

Mi alma no te pagará nunca lo que te debe,
ya estoy harto de ser el bueno por ser discreto,
este amor quema y mata, es todo menos leve.

Mira que intento guardar siempre mucho respeto,
eso que muchas veces no es simple el ejercicio,
tranquila en tu mundo, tienes seguro el secreto.

Prometo solemnemente que es amor, no vicio,
con parte de tranquilidad y siendo modesto,
seguiré esperando el momento más propicio.

No tengas dudas de mi amor, dalo por supuesto,
tu ausencia es para mí un trago de lo más tedioso,
lejos de ti me pongo muy nervioso y molesto.

No me gusta estar separados, pero es forzoso,
por eso mi corazón no encuentra buen asiento,
ni la tranquilidad, ni sosiego, ni reposo.

Continúo en paciente espera del gran momento,
tomándole con gran calma al tiempo la mesura,
intentando que no triunfe en mi un mal desaliento.

Deseo de corazón conquistar tu alma pura,
por eso paso tantas noches tan desabridas,
con la tranquilidad es como el amor perdura.

Mi corazón tiene bien cogidas las medidas,
va meditando con calma futuras acciones,
aunque ello le lleve más de siete buenas vidas.

A tu lado me siento como el rey de varones,
viviendo dichoso el mejor de todos los cuentos,
dejando mi vida limpia y libre de tachones.

mis manos y mis ojos están siempre muy atentos,
la ansiedad va apretando mucho por las entrañas,
para así ofrecerte los más cómodos asientos.

Aunque sea en zaguanes, con chusco y las legañas,
te amaré con lujuria y frenesí, mansamente,
gritando todo nuestro amor en justa compaña.

Doy por terminada esta mi vida de prudente,
voy a por ti, o en silencio o con mucho ruido,
gritando al mundo entero que te amo locamente.

Voy a ir contigo siempre de la mano cogido,
ofrecerte al instante mis caricias mejores,
asirte la cintura, con ternura y ceñido.

Tu sonrisa desprende los más bellos colores,
quiero vivir contigo, me da igual donde sea,
en mi pecho llevo unos ruiseñores cantores.

Te ofrezco mi vida, todo lo que ella posea,
estoy cansado de esperar y ser moderado,
de andar escondido para que nadie me vea.

El paso del tiempo mi corazón no ha quemado,
sigue en tu busca con más ahínco y ambicioso,
queriendo enamorar a tu corazón preciado.

Pienso que nos queda un largo tiempo generoso,
para construir juntos un presente muy bello,
¡tenemos algo tan bonito y maravilloso!.

Por eso mismo no pienso renunciar nunca a ello,
de momento tengo por respuesta tu callada,
esto te define, tu santo y seña, tu sello.

Las estrellas me guían a la meta soñada,
no puedo quitarme de la cabeza tu estampa,
en los momentos de angustia, eres mi escapada.

Llega la fría noche, sigue lloviendo y no escampa,
sigo esperando fiel en el quicio de tu puerta,
no necesito falsedad, ni cartón ni trampa.

No temas, ésta historia no será descubierta,
puedes decidir y hacer con tu libre albedrío,
pero piensa que mi herida continúa abierta.

Sabes bien que en tu palabra yo siempre confío,
más de tus labios nunca sale frase pomposa,
no cejaré en mi empeño ni perderé brío.

Unidos por la fuerza invisible y poderosa,
raíces al cielo, muy saludable y muy fuerte,
así que no tiembles ni te muestres temerosa.

A las alturas doy gracias por tener la suerte,
de poder pasar el resto de vida contigo,
quiero que solo nos pueda separar la muerte.

Hace tiempo que no me resigno a ser tu amigo,
al no verte me pierdo, no sé ni a donde miro,
un deseo: que te vengas a vivir conmigo.

El día que quieras con tristeza me retiro,
pero primero habrás de hacer añicos los lazos,
bien te juro ante el buen Dios que no es a lo que aspiro.

Muy al contrario, te quiero tener entre mis brazos,
de no conseguirlo prefiero un fuego inmenso,
o que me de la muerte un pelotón a balazos.

Siento cómo mi pecho quema por dentro y arde,
arde un amor inmenso, me voy haciendo viejo,
todo se resume a que no te des cuenta tarde.

No lo amago ni lo oculto, más bien hoy lo dejo,
pensándote libre a la luz de una bella luna,
ya que tu alma y mi alma son un mismo reflejo.

Este amor es longevo, desde la misma cuna,
desde siempre he estado imaginando y esperando,
pasando largas noches más sólo que la una.

Tantísimo tiempo en silencio te he estado amando,
largas y frías noches en que nunca te tuve,
tanto en lenta agonía anduve desesperando.

Mi único consuelo: pensándote me entretuve,
con el corazón helado y demasiado hambriento,
aunque mi fe inquebrantable siempre la mantuve.

Me veo mucho más feliz, tranquilo y contento,
por fin tengo libre y sin opresión mi gran pecho,
rezumando la paz y amor es como me siento.

Ya sabes que hay que echarle mucho valor a lo hecho,
Más de mil veces te he contado qué es lo que pienso,
arrepentirse no es cómo sacarle provecho.

Cuando te veo me entra un gran alborozo inmenso,
y lo que a ti más te agrada, a mi bien me place,
nuestro precioso amor ocupa un lugar muy extenso.

Hay veces en las que dudo si te satisface,
releer bien los bellos poemas que hoy recibes,
no dudes que por hacerlos mi alma se deshace.

Mis malas y buenas horas se que las percibes,
gracias de todos modos por leer con acierto,
letras rectas en renglones torcidos que vives.

Al fin dejaste atrás el pensar que me divierto,
abierta a un amor que ni de lejos esperabas,
¡ya era hora de que lo dieras por real, por cierto!.

Esto es así, sin vueltas, son contadas las habas,
espero que ahora digas que está bien, que vale,
que si se ha cumplido el viejo sueño que buscabas.

Este manojo de palabras del alma sale,
pretenden expresar el fuego que arde y me quema,
no creo que exista amor humano que lo iguale.

Dejarlo escrito es una necesidad suprema,
es fuerza extrema y vital de la naturaleza,
no es desatino, es la solución del problema.

Te amo y juro que no es tan solo por tu belleza,
es por tu ternura, tu sencillez, por tu gracia,
ya sé que a veces te perturba mi gran torpeza.

Soñaba contigo, sin conocerte en mi infancia,
estos son mis recuerdos de niñez, los más tiernos,
tener que vivir sin ti el presente es mi desgracia.

Yo deseo vivir contigo días eternos,
tus guiños son los más endulzados caramelos,
aún nos queda mucho tiempo para querernos.

Pero no esperes mucho, se me caen los pelos,
haz de una vez realidad mis sueños infantiles,
deseo con frenesí tenerte entre mis dedos.

Tras pasar el tiempo estos deseos varoniles,
van apaciguando su inevitable bravura,
de amores criminales van a amores civiles.

Ahora al pensar en ti me embarga la ternura,
ya no tiene cabida en mi febril mente el tedio,
mi sueño es rodear suavemente tu cintura.

Por la tristeza de mi alma tú eres el remedio,
por fin salgo del terrible olvido sin demora,
un año, dos besos robados, no es buen promedio.

Espero que ahora sí quieras ser mi señora,
y que así sea por toda la vida y la historia,
no me prives de tu sonrisa demoledora.

Tus besos son para mí como bendita gloria,
no me los niegues nunca, te pido, por caridad,
no me dejes así en un rincón de tu memoria.

Necesito de que me des una oportunidad,
la última y buena, única, bolillos de encaje,
estar contigo ya es mi única necesidad.

Para entregarme tu amor no mires mi linaje,
mi lapicero se está quedando muy canijo,
no necesitas más alforjas para éste viaje.

Escucha con fuerza la voz popular que dijo:
Los asesinos del amor son siempre los celos,
el pueblo sabio y soberano así lo predijo.

Parece que mi alma se salva por los pelos,
de la hoguera eterna tan prendida de tu olvido,
y quiere remontar contigo unos altos vuelos.

No me llames cuando sepas que muy lejos me he ido,
por la boca siempre viven y mueren los peces,
tenemos en ciernes un amor muy merecido.

No te preguntes más si acaso te lo mereces,
piensa que todo ha sido demasiado sufrido,
piensa en contar una vez, en serio, cuántas veces,
has tenido que aparcarlo en un forzoso olvido.

Intenta ser tú misma y no lo que te pareces,
¿De veras crees en todo lo bien que has vivido?
tienes delante de ti el tiempo en el que envejeces,
da carpetazo final a todo lo sufrido.