El poema 1.800, de cifra tan redonda, bien se merece un extra. Aqui dejo 28 tercetos encadenados y endecasílabos, rematados por un terceto Alejandrino.
Intento poner mis ideas en orden
Quiero dedicarte estos cuatro versos,
Para que no reine tanto desorden.
Que no tengo una mayor desventura,
que renunciar del todo a mi esperanza,
ya solo me espera la sepultura.
Te veo pasar desde la lontananza,
el alma llena de pena y tristeza,
no entiende el por qué de esta mudanza.
Tuvimos sentimientos de grandeza,
nos da la espalda la Diosa Fortuna,
pues el corazón de nuevo tropieza.
Por tu amor llora hasta la luna,
No hemos podido llegar a buen puerto,
Mi alma padece de una gran hambruna.
Así me dejas derrotado y muerto,
No creo que nunca mi alma resucite,
Estoy sumido en un gran desconcierto.
Ya sé que tu boca no me lo permite,
Pero ha llegado el odiado momento,
Y el desconsuelo no hay quien lo quite.
Siempre estabas en mi pensamiento,
Pero nunca te pude pedir ayuda,
Para aliviar un poco mi tormento.
Ves que mi amor no se cambia ni muda,
la tristeza sí que va y se renueva,
Esta es la única verdad desnuda.
El alma muerta sin una mísera prueba,
Sin poder gozar nunca de las riendas,
Esa es la penitencia que conlleva.
Por insistir has ganado la contienda,
mira que no era muy fácil la empresa,
en verdad digo: "no hay quien te entienda".
Haberte amado tanto no me pesa,
eso directamente me convierte
en idiota y una muy fácil presa.
Ahora solo espero la fría muerte,
porque tu boca a tu corazón niega,
esa es mi pena y mi malísima suerte.
No me podrás negar nunca la entrega,
ni tampoco acusarme de despecho,
ni de haberme batido en la refriega.
He ido por ti con descubierto pecho,
te he hablado con soberana crudeza,
espero que al dejarme saques provecho.
Negar lo que sientes es de dureza,
para mí lo es más tu manera ingrata,
no has tenido ninguna sutileza.
Siempre es mucho más culpable el que mata,
ten mucho cuidado con mi venganza,
y si no, no haber metido la pata.
Me batiré en duelo a la antigua usanza,
Porque a mi alma siempre la has maltratado,
Y no puede bailar tu misma danza.
A tu corazón nunca lo has empleado,
Has perseguido sin fin que te aborrezca,
Y ahora me acusas de haber cometido pecado.
Espera sentada a que de nuevo aparezca,
Aunque ande loco de celos y tormento,
Le daré mi amor a otra que lo merezca.
Mis palabras no se las lleva el viento,
he de terminar este desespero,
aunque estés presente en mi pensamiento.
Pienso que tu corazón es de acero,
que continuamente me pone a prueba,
dejándome bajo el cruel aguacero.
Los votos cada día se renuevan,
amo mirar fijamente a tus ojos,
con los peligros que aquellos conllevan.
Creo que ya nos vale con los enojos,
no hace falta hacer tanto daño.
o al final todo quedará en despojos.
Mi alma ya no me lleva a engaño,
después de tanto que se ha conspirado,esta empresa tiene un gran tamaño.
Quererte nunca ha de ser demasiado,
el tedio puede ser nuestro enemigo,
el corazón luce como recién lavado.
Moriré de pena si no te consigo,
ir pendiente de ti es mi gran aventura,
así es mi vida y esto es lo que persigo.
El feliz epitafio sobre mi sepultura,
con delicada caligrafía y escritura:
"Amó hasta la extenuación y sin hartura"
1 comentario:
Alaaaaaaaa,que guaaaaaay;ya hacía tiempo que no leía un poemilla largo y de un tirón....la primera impresión buena......en la relectura te diré....
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