Me dices que me mire a los espejos, ¡y mira!,
Cabeza cana y calva, por dentro bien sembrada,
Mirando de reojo siempre a quien admira,
Su única verdad y gran idea queda sepultada,
Un guiño, una palabra es lo que le inspira
Enredada entre ramificaciones de hiedra,
La vida se hace fría y dura como la piedra.
Llegará una noche de luna resplandeciente,
En que el grano saltará como en la era,
Trillando desde Oriente hasta Occidente,
Bailando en círculo con la luna altanera,
El amor se desgranará de forma floreciente,
A la luz de un candil en la primavera.
Con el amor debajo del brazo y unas flores,
Vivamos el resto de la vida plenos de amores.
Quiero poder mirarte cuando estás adormecida
Darte mil besos dulces y callados simplemente,
Rozar tu piel con mis labios al estar vestida,
Poder mirarnos sin miedo frente a frente,
con mis manos por tu cintura, bien ceñida
poder gritar nuestro amor libre a tu gente.
Regar con amor del bueno tu vida de rosa
y que me des cada día tu sonrisa más hermosa.
El amor surca por mis venas cual largos ríos,
En cada recodo ofrece unas palabras fieles,
va rápido por los sitios húmedos y umbríos,
Para evitar los momentos hirientes y crueles,
Cuando tiene a mano uno de esos caseríos,
El aire le trae aromas de tomillos y laureles,
Va en pos de poner en tu castillo su baluarte,
En pos de saber si sus sentimientos compartes.
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