y poder alumbrarte en la hora bruja,
ser el faro que guía a tus emociones,
convertirme en un auténtico granuja.
Clavarme en tus sentidos como una aguja,
que cosiera nuestros besos y risas,
ser yo mismo el que tu alma estruja,
haciendo que la vida nos pase sin prisas.
En el albor con ardor de sábanas revueltas,
con olor a sudor, café, caricias y besos,
podernos abrazar de ida y de vuelta.
En el ocaso de las risas, poder soñar
con poder volver de nuevo a contemplar,
tu preciosa mirada limpia y resuelta.
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