y no puedo decirte,
que ya estoy harto,
de estar tan harto.
Ya no puedo mirar,
de frente a tus ojos,
unos ojos que delatan
que no me quieres,
aunque por mi mueres.
La tristeza me embarga,
porque ¡aún te quiero tanto!,
me parece un espanto,
tener que acabar así.
Sabes que no te olvido,
nunca podré conseguirlo,
que echaré de menos
tu risa, tus senos,
tus palabras de amor.
Ya no puedo llorar,
se han secado mis ojos,
azules y profundos,
como el ancho mar.
Pido a Dios poder olvidarte,
para enterrar ésta pena,
en las catacumbas del alma.
Pido a Dios no recordarte,
aunque la sangre de mis venas,
por tu amor siempre clama.
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