Es muy injusto que la razón lo contradiga,
Habría que seguirlo a ciegas y a rajatabla,
Seguir sus latidos sin cansancio ni fatiga.
Mi corazón está malherido sobre una tabla,
Tu recuerdo me deja melancólico y me fustiga,
Tu alma va a contracorriente y se endiabla,
el alma me pica como rozada por una ortiga.
Hace tiempo que tus ojos ya no me abrigan,
Tu regazo parece el Puente de la Diabla
poco a poco se va secando la hermosa espiga.
La razón está llena de estertores y tiembla,
ya no se me rebela aunque la contradiga,
mi corazón se desdibuja tras una oscura niebla.
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