Siento nostalgia y un frío interno,
Al enumerar tantas tardes, ¡tantas!
Con el mal sabor de un quemado cuerno,
Y no dejo de pensar el por qué no te plantas
Me zampas un beso, el más tierno,
Acabando con las tonterías, ¡cuántas!
Innumerables como las piedras,
Y con más intríngulis que las yedras.
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Tus palabras aterciopeladas son suaves
Y dejan mis sentidos totalmente desatados,
Por ti quemaría por entero todas mis naves,
Caminaría mil días sobre terrenos helados,
Para desencallar mi alma tú tienes las llaves,
Y para hacer florecer en mi vida los sembrados.
Que no, que no te quiero tan sólo como amiga,
Que mi alma tiene frío y sólo contigo se abriga.
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