Cuando lo hice, no pensaba que iba a cosechar más de cuatrocientos comentarios en un debate interesante.
Antes de ir soltando eruptos,
dándose uno brillo de culto,
miremos de no mear fuera de tiesto,
hay verborreas, en serio, que las detesto,
más no por tener poco intelecto,
sino porque ladran faltando al respeto.
Se creen que llegan a inteligentes,
insultando a la mayoría de las gentes,
sin embargo, se convierten en despreciables,
acabando sus días solos, sin que nadie les hable.
Pensaba que estaba en un grupo,
en un submundo con educación,
la literatura, siempre se supo,
amansa fieras e incentiva la unión.
Sin embargo pululan algunos personajes,
que basan su vida en el insulto,
escondidos tras de un parapeto.
El anonimato les concede un traje,
para presentarse de modo impoluto,
faltando a diestro y siniestro al respeto.
Lo puedo decir en rima y en verso,
a viva voz y en prosa y en arameo,
de mi parte estas gentes tienen un suspenso,
así lo digo porque es lo que veo y leo.
En democracia se puede decir lo que se piensa,
sin necesidad de dar bofetadas,
o soltar rebuznos como un borrico.
Antes de escribir al menos consensa,
las coces nunca son bien dadas,
cuando te las dan en el propio hocico.
Criticar cuesta menos que construir,
a veces la crítica viene de la incapacidad,
de poder hilvanar tres palabras coherentes.
Dejad en paz a quien quiera escribir,
un me gusta o no me gusta es felicidad,
y las más de las veces es suficiente.
Y si has de hacer una crítica, hazla sin acidez,
porque ya se sabe que por la boca muere el pez.
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