NI TÚ ERES TAN MALA
Ni tú eres tan mala ni yo soy tan bueno,
Tampoco vamos a echarnos la culpa de todo,
Tú eres un Stradivarius, yo ni siquiera sueno,
Tengo claro que quiero bailar a tu modo.
La verdad es que no te falta ni punto ni coma,
Tienes la majestuosidad del precioso azahar,
Te sobra colorido, sabor, belleza y aroma,
Me muero de ganas por llevarte al altar.
Mientras sigo enrocado al sueño de ese día,
No paro de echar leña a nuestro fuego,
Para que arda por la eterna eternidad.
Eres el comienzo y el final del alma mía,
Por eso a los cielos a diario les ruego,
Que con benevolencia me den tu felicidad.
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