Tu corazón mira con un tono descastado,
Con esa bendita lujuria de lo proscrito,
Si me intento defender quedándome contrito,
Me incitas sin dudar a la orden de tu dictado.
Seis largos años delante nuestro han pasado,
Conquistándote con tantos poemas que he escrito,
Soñando cada día con ser tu favorito,
Viviendo al galope con este amor desgastado.
Tu corazón erre que erre, va y se enmascara,
Me las hace pasar mucho más gordas que a Caín,
Pero mi amor viaja largo y sin ningún freno.
Yo te espero en el paredón, así que dispara,
Este amor mío es fuerte y no tendrá nunca fin,
Para mi mente ya eres como un dulce veneno.
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