Andaba muy enamorada por la primavera,
El invierno había pasado, se acabó la espera,
Su vida se entonaba con un nuevo aderezo.
Ya tenía superado su primer tropiezo,
Eso sí, dicho sea de paso, tocando madera,
El amor, ahora sí, era su feliz bandera,
Su corazón salía del letargo con desperezo.
Su alegre trino hizo volar raudo a su amada,
Con un bello vuelo majestuoso se le acercaba,
Para borrar de su cara aquel bostezo.
Al fin disfrutaba de la felicidad esperada,
Volaba al lado de la que era su amada,
Podía poner punto y final a tanto rezo.
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