La alegría de la huerta,
así es como son tus besos,
en el quicio de tu puerta,
yo solo quiero probar de esos.
Ni los rayos ni las centellas,
ni los mal intencionados,
tus besos bajo las estrellas,
son los mejores besos de enamorados.
Aumenta el estado de ansiedad,
al no poder tocarte con mis manos,
lloro por esa libertad,
que los años nos arrebataron,
almas deshilachadas,
es lo que nos dejaron,
y un dolor muy profundo,
desde el pecho hasta los brazos.
Ya no nos persiguen ni nos hunden,
tenemos un gran desamparo,
las palabras ya no nos cunden,
y van cayendo los marzos,
aquellos que nunca nos vieron,
son los que más nos aventaron,
los que más mala baba tuvieron,
no vieron ni los besos ni los abrazos.
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