Los catetos, al hablar de sonetos,
Se confunden con la hipotenusa,
Mentes inertes a falta de musa,
Se fotografían como analfabetos.
Se postulan ilustrados secretos,
El tamaño se las gasta confusa,
Cuando critican con alguna excusa,
y no se quedan quietos y discretos.
En su espejo está el dedo que acusa,
Nido de vanidades sin respetos,
Quien critica así, con conciencia abusa.
Sus corazones son como esqueletos,
Su cuna mecía cerca de una inclusa,
Sujetos ignorantes e incompletos.
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