Días tristes de zozobra, el corazón en un puño,
La cabeza se acalora, con un único pensamiento,
Cada hora de cada aurora, es como un rasguño,
El alma rota llora porque necesita un ungüento.
Las paredes del alma desconchadas no blanquean,
Se arquean las piernas de los sentimientos,
Los condimentos del amor parece que flojean,
Aporrean las sienes las razones sin asientos.
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