Que con tus miras nada florecería,
Sin embargo intentas darme el salto,
Sin saber, acaso, lo que te pediría.
Contigo no hay manera de apaciguar la tierra,
De sanar el dolor que me producía,
Tener que estar siempre en pie de guerra,
Sin saber cuándo la batalla terminaría.
Pocas veces me he sentido dichoso,
Al tener que disfrutar de tu lejanía,
Solo te tengo en un sueño vaporoso,
Sin saber cuándo más te tendría.
Mis manos ya no son mis manos,
Sin poder estrechar tu compañía,
Tus besos aparecen muy lejanos,
Dudo de ser yo quien los ordenaría.
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