Lo que recibí de ti fue desprecio,
a palabras amables por mi parte,
te he demostrado un amor con arte,
pero ya no aguanto más menosprecio.
Ahora veo que he pecado de necio,
que parece que haya vivido en Marte,
siempre he sido tu primer descarte,
a pesar de haberte profesado amor recio.
Tú has sido mi más preciado estandarte,
te he llevado en mi alma como baluarte,
pero he soportado excesivo sobreprecio.
Parece que hay que echarte de comer aparte,
ya hablaremos un día, cuando encarte,
desde ahora solo pagaré un justiprecio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario