La luz brilla muy especial en la Fuente Taza,
el chorro del agua con un cántaro se abraza,
La Verónica compungida, desconsolada y con raza
llora mirando al cielo añil de la plaza.
Un sentimiento brota y deja su traza,
todo el mundo pierde el sentido y se desplaza,
el amor vuela en libertad para darte caza,
por montes, valles y ríos, por medio del haza.
Al borde de la bella fuente me das calabazas,
Mi corazón se intenta lavar porque se apelmaza,
Y porque eres claramente una auténtica amenaza.
No te inventes cuentos, tú eres la que me rechaza,
Tus golpes son más fuertes que dados por una maza,
mi alma te sigue esperando en la Fuente Taza.
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