miércoles, 2 de abril de 2014

1495 DANDO UNA VUELTA POR LA MAÑANA

 
Dando una vuelta por la mañana,
un “yo también te quiero, petardo”,
se te clava en el alma como un dardo,
que da de pleno en plena diana.
 
Ojos preciosos tras gafas de colores,
pantalones ceñidos, oscuros y cortos,
una mirada que te deja absorto,
vuelves a casa con buenas sensaciones.
 
Hablando de libros y de espacios,
de lamentos del alma, una sonrisa
la más bonita, la que forman sus labios.
 
Despedirse simplemente porque hay prisa,
con los nervios a flor de piel,
pensando en ello hasta el atardecer.

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