¡Qué fácilmente a mi alma la lesionas!
Mostrándome tu corazón agreste,
Mientras imploro al cielo azulete,
Rozar los labios que adornan tu boca.
Sabes cómo tus frases me destrozan,
Cómo tu silencio eterno me hiere,
No puedo alcanzar tu alma tan ecuestre,
Que cabalga como espuma sobre olas.
A mi alma la silencias y la ciegas,
Pues queda eternamente alborotada
Albergando un profundo sufrimiento.
Tan solo tu ausencia es lo que me queda,
Yo que había apostado por ésta trama,
Lentamente me voy haciendo viejo.
3 comentarios:
Viejo tú compañero? pues no te queda ni na!!!! Muy chulo ....
Que si, Ali, que el tíempo no pasa en balde.....
El tiempo pasa pero en la piel no en el Corazón.... Un abrazo
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