Sin saberlo, sabía aún y todavía,
Que si aquello no era amor, era lo que era,
Y no necesitaba ni sortija ni pulsera,
Porque sin saberlo yo ya lo sabía.
Tenía bastante claro que llegaría,
nació como el coco nace en la palmera,
Como el agua salta en la torrentera,
Inundándolo todo con su alegría.
Llevaba tanto tiempo que esperaba,
Que no encontraba paz ni anillo,
tampoco tenía descanso aquel dedo.
En mi desesperanza te llamaba,
Malvivir aquello no era sencillo,
Deshaciendo entuerto tras enredo.
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