Ni tan grande, ni semejante ni primoroso,
¡que se te grabe bien a fuego en tu bella frente!
Que no puede existir ningún amor más rumboso,
Si no me crees, escucha lo que dice la gente,
Porque es envidiado por fuerte y poderoso,
Es tan fulgente, tan brillante… más que el propio oro,
Con la nobleza y la fiereza de un bravo toro.
24 Nos conocimos sobre terrenos abonados,
Nuestros corazones luchaban contra escuadrones,
Porque no se veían ni se sentían bien coronados,
Habitaban un triste olvido entre los perdones,
Sintiéndose cada día un poco más derrotados,
Ajados lucían otrora lustrosos pendones,
Habían sobrevivido a legiones extranjeras,
Y rodaban cuesta abajo por otras laderas.
2 comentarios:
A mi me suena que nos conocimos en un grupo donde todos ladraban!!!
Y donde unos eran más que otros...
Pero entre todos conocí a un andaluz gracioso y luchador....
Gracias valenciana, ¡Cómo pasa el tiempo!
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