Los rescoldos de una pasión se convierten en leve ceniza.
1 Has dejado morir de inanición la llama viva,
las cenizas cubren todo el rostro que hieres,
has dado un certero flechazo en el centro.
Ahora te muestras altiva y esquiva,
igual es que yo ya no quiero y tú quieres,
¡Has roto del todo la magia de éste encuentro!
2 Parece que por fin tengo claro que no cabe,
Que quiero curar por entero mi llaga,
Que ha pasado a mejor vida el tono delicado.
Ahora mi corazón entiende y sabe,
Yo no te debo nada y tu deuda no se paga,
Vuelvo a la libertad como un tornado.
3 Las brasas ya no anuncian un fuego,
Quedan apocados ciertos resplandores,
He acabado por recobrar el sentido.
Después de cinco largos años ciego,
Ofreciéndote mi alma todos sus primores,
Nunca he tenido claro ser querido.
4 Se ha quemado del todo el rastrojo amoroso,
Ya no debes tener tanto pánico en tu seno,
Mi sombra no vagará más por donde moras.
El sabor de mis labios, tan sabroso,
Busca ya otros besos para su relleno,
Solo deseo ver cómo de otro te enamoras.
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