está como foto fija, como un retablo,
como la antítesis de un buda.
El amor parece que se le indigesta,
y cuando hablo como hablo,
se ponen en pie los versos de Neruda.
Ya no quiere ni baile ni son,
ni carajillo de coñac, ni vino tinto,
ni quiere gritarle al viento.
Parece que se le murió el amor,
que es algo arcaico y extinto,
y que habita en el cruel sufrimiento.
Vive en medio de un triste olvido,
cansado de tanta guerra,
en un gris obligacionario.
Parece beoda sin haber bebido,
como marinero varado en tierra,
se le acabó del todo el imaginario.
Tus labios son el tirano,
que se cuelga mis medallas,
¡vete al infierno!
Yo ya no como en tu mano,
he ganado tu batalla,
mi verano es tu invierno.
Maldito sentimiento del corazón,
que vive aferrado a mi almohada,
justo junto a mi frente.
Maldita primavera en flor,
vida loca y desenfrenada,
en manos de un delincuente.
Me negaste el pan y la sal,
decenas de cienes de Te Quiero,
siempre habitando entre tus dudas.
Tus besos son como las olas del mar,
que me traen las cartas del cartero,
sellando los mejores versos de Neruda.
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