con mi traje azul marino,
con aquella corbata de seda,
que nadie supo cómo vino,
la que se quedó en mi cuello
como una enredadera,
con el cuello almidonado,
y dos duros en el bolsillo,
hoy te voy a cortejar,
porque si no es hoy cuando te pillo,
nunca lo podré lograr.
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