no olvides darme placer,
sabes que me te debo un desengaño,
y que eres la única mujer.
Condéname a la cámara de gas,
dime que el amor no es tu ley,
si no pretendes hacerme daño,
olvídame durante muchos años,
y págame de tequilas cinco o seis.
Ponte guapa y que no te despeine,
esta brisa de dulce libertad,
pues quiero ser yo el que reine,
en el reino de tu felicidad.
Si quieres quedamos en un pub,
ten mucho cuidado con la velocidad,
y si quieres sobrevivir a los años,
quiéreme mucho por puro azar.
Yo soy tu gran tentación,
el que te quiere más,
te he robado el corazón,
pero no me permito preguntar:
¿Estás harta de tanto soñar?
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