con el rictus de que todo ha acabado,
brindo por un amor en el cementerio,
por haber sido el tonto enamorado.
Brindo por el final del cautiverio,
por darme cuenta de que estoy olvidado,
porque nunca he entendido su criterio,
sin darme cuenta he estado denostado.
Un brindis triste pero sin improperio
Ya ves, a veces un brindis es dado
para festejar un olvido con misterio,
un olvido para olvidar ser olvidado.
Brindo por tu vida de monasterio,
Brindo por un amor derrotado,
porque al final es tu magisterio,
y tu vida es un círculo muy cuadrado.
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