repiquetean como alegres campanas,
cualquier día, siempre de mañanas,
están llamando desesperadas a tu alma.
Te giras en tu silla giratoria,
pendiente de la puerta de enfrente,
un cuento de hadas es tu historia,
se ha adherido por completo a tu mente.
las chinitas ya no llaman a tu ventana,
el palomar está triste y vacío,
tus almuerzos dejan el mantel entero.
Entre suspiro y suspiro cada mañana,
los días pasan entre el gris y el frío,
tú ya sabes bien a lo que me refiero.
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