Nueva piel par la melodía de Joaquín Sabina "La Magdalena"
Si un día pierdo la cartera,
y no la encuentro,
moriré en la espera,
llorando para adentro,
será como apagar una bombilla,
y a la luz de una cerilla,
pensaré que eres muy buena,
la que en mi alma resuena,
y cerrando mis ojos,
entre sien y sien,
tú serás mi único antojo.
Mi corazón será el que te reclama,
porque eres la única mujer,
que enciende su llama,
y apaga por completo su sed.
Permíteme que te escriba,
en mi memoria estas tan viva,
que cometería cualquier pecado,
y aún con mi alma fugitiva,
te entregaría todo el amor que no me has dado.
Sueñas con la sin razón,
locura de cinco estrellas,
tu único dios es el amor,
que un día mi alma te dio,
para seguir tus huellas,
y lo único que consiguió,
fue naufragar en sus penas.
Y si no puedo recuperar tu foto,
veré tu cara en la de la luna,
me quedaré con el corazón roto,
y más solo que la una.
Me abonaré a la bebida,
y mugriento en una esquina,
desesperaré por tus amores,
esperando que mi suerte mezquina,
conozca tiempos mejores.
No necesito manchar mis manos
con la goma de las ruedas,
llegué a la hora en que tus enanos
te decían: ¡apáñate como puedas!.
Tus dedos eran mi redención,
cuando perdía los juicios de tus disputas,
y embriagado por la emoción,
viendo como tu disfrutas,
lo daba todo por nuestro amor.
Sueñas como sueño yo,
con sueños de cinco estrellas,
con días donde el amor
no se esconda con desazón,
pareciendo que lo atropellas,
por eso por cabezón,
sé que merece la pena.
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