Ya me he hartado de esta espera cruel,
De plasmar los sentimientos en un papel,
Para después arrugarlo con tachaduras,
Dejando el fondo de mi alma a oscuras.
Reconozco que a veces soy un poco perverso,
Que plasmo mis medias verdades verso a verso,
Que hablo conmigo mismo por lo bajito, al oído,
Desesperado creyendo que reino en tu olvido.
Y sí, me puedes tachar libremente de cruel,
Porque suelo serte fiel siempre plasmado en él,
Esperando a que llegue el preciso momento,
De poder silbar nuestra felicidad al viento.
Igual nos desilusiona cuando llegue el día,
Ambos empezaremos a decir: “la culpa es mía”,
Culpables ya somos de dejar pasar año tras año,
Simplemente sin actuar y haciéndonos daño.
En mis sueños siempre apareces soltera,
Te invito a cenar en un lugar cualquiera,
Ante tu negativa sonrío y nunca me quejo,
menos cuando me dices que me mire al espejo.
Me queda el consuelo de poder ser tu amigo,
El desconsuelo de que no quieras vivir conmigo,
Yo que siempre te hubiera dicho a todo que si,
Tengo claro que cuando lloras, lo haces por mí.
Ni tan siquiera me dejas probar a ser tu amante,
El resultado es que triunfa tu tozudez distante,
Me dejas desangelado tan solo con tu sonrisa,
Aunque últimamente me la ofreces con mucha prisa.
Tu último beso es un recuerdo gastado y lejano,
De ello ha pasado más de un eterno verano,
Me sigues dedicando miradas llenas de cariño,
Y yo cuando las percibo soy feliz como un niño.
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