Mi pueblo no tiene encaladas calles,
más bien tiene preciosos los rincones,donde el tiempo parece que pare
como en “el arquillo de coscorrones”.
No tiene monumentos históricos,
de esos que la gente fotografía,tiene callejones donde porfían,
almas de sello muy católico.
Cuando luce galas la Fuente Taza
con un gran e inmenso orgullo
poceño,es cuando la gente delante pasa
y nunca verás que te frunce el ceño.
Mi pueblo es muy singular y peculiar,
inmensamente precioso y bonito,con gentes humildes, sin particular,
ofrecen amistad por infinito.
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