Tan solo se alimentaba ya de su propio llanto,
alguien, con descaro, le había movido el piso,
le perdió la sencillez, la ternura, el encanto,
nunca se imaginó querer tanto como le quiso.
Espera a que te llegue al corazón éste canto,
de bellas notas, con arte y temple preciso,
que cese definitivamente tu desencanto,
ame vos en libertad sin tener que pedir permiso.
Enamórese con canciones de Merche o de Cepeda,
ame usted a quien quiera o a quien pueda,
y quédese del todo y sin dudarlo convencida.
Al final ser feliz es importante y es lo que queda,
miradas con ternura y caricias suaves como la seda,
siempre es más feliz el que nunca olvida.
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