La vida, a veces, nos pone en frente a seres sencillamente excepcionales. Yo he tenido la suerte durante mi existencia de conocer a algunos de los mejores. Esta mujer, esta Sra. lo es / lo era. Simplemente tenía un corazón que no le cabía en el pecho y un cerebro prodigioso, y unas maneras de ser, de saber estar, que no se enseñan ni en los mejores cursos de protocolo (¡Qué más quisieran!). Por ser madre de "mi hermano" fuiste también un poquillo madre mía. Un besazo allá donde estés.
Madre de muchos hijos adoptivos,
Andurreaba por los buenos caminos,
Rica en el cariño sin aditivos,
Irradia pensamientos positivos,
Amó a todos en todos sus destinos.
Conocerla era enamorarse de ellas,
Autora de miradas llenas de amor,
Reía y hacía titilar a las estrellas,
Mujer con las emociones muy bellas,
Especial y tan dulce como una flor.
Juro que era grande y buena persona,
Una biblioteca culta y andante,
¿Hurgando corazones?... Fue ladrona…
Era y es una bella mujerona,
¿Razonando?... te guiaba su talante.
Imaginó un mundo que reflexiona.
¿Madre?, la que uno quiso siempre tener,
Unió amores y sensibilidades,
Nunca descosió lo que había que coser,
Te acompaña en todas tus soledades,
Andará donde esté con libros por leer,
Negociando con sus habilidades,
Ya que odiaba las feas hostilidades,
Aliada de lo bueno que hubo que hacer.
SOBREROS
Mujer tan delicada como una flor
Única con un verbo muy florido,
Acróstico Endecasílabo
Calella, 12/05/18 – 12:35
No hay comentarios:
Publicar un comentario