Nadie sabe cuánto la echo de menos,
Cuando anda por mis tierras andaluzas,
Los buenos recuerdos siempre van llenos,
De esas dulces miradas que te cruzas.
Nadie sabe cómo la extraño y añoro,
Cuando se va de rule por Portugal,
En silencio la veo desnuda e imploro,
Los besos que no tienen bis conyugal.
Nadie puede imaginar lo que admiro
Su templanza, su sonrisa, su arrojo,
su saber ser señora hasta en la cama.
Nadie es tan “Mi Querida España”, miro
Para todos lados y me sonrojo,
Al sentir tan lejos a esa mi Dama.
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