¡Ay Baldufa, ay Baldufa!
Tu aire nunca huele a romero,
Nadie se quita el sombrero,
Todo el “face” se te atufa.
Bendita y maldita peonza,
Tan cerrada en tu cerrazón,
esas ideas sin corazón
a tu mente la desgonza.
Tus giros descabezados,
Tu verbo con halitosis,
Y tu fea manera biliar,
No deshacen tus pecados.
Tus neuronas con cirrosis
Deshonran cualquier buen altar.
Hay trompos y perinolas,
Con juanetes… ¡No controlas!
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