El eclipse nos pilla con las manos
En los bolsillos, las gallinas lluecas
Se juntan haciendo sus locas muecas,
En una escalera sin pasamanos.
Se enluta el verde fresco de los llanos,
Las estrellas lucen pálidas, secas,
La mar se queda muy blanca, sin pecas,
Se oculta el gran oro de los humanos.
Todo se vuelve pequeño y cambiante,
Se llenan de moho calles y montes,
Oscurece el mirador y el granero.
Al burrillo le ha cambiado el semblante,
Porque han cambiado sus horizontes,
Platero… parece menos Platero.
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