la cal viva ni siquiera te blanquea,
te retuerces entre miradas doloridas,
oteando el horizonte desde tu colmena.
Las arrugas de tu frente te coronan,
sin haber pisado en tu vida una iglesia,
tu alma solo alcanza para garabatos,
Es muy alto el nido de las cigüeñas.
Sin embargo no cambias de camino,
Lo sorteas todo, con suerte, por la ribera,
Los sentimientos perdidos te buscan
Con la esperanza de que algo verdea.
Has atravesado valles, ríos y montes,
Estando la nieve de color violeta,
Atravesaste con tu mirada horizontes,
Y sabes que esa es tu mayor riqueza,
¡Cuántos sueños habrás labrado!
¡Cuántas lágrimas regando la tierra!.
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