Y abriendo heridas algo veniales,
Se le seca la flor de sus frutales,
Entre acelgas, naranjas y limones.
Unos ojos se le clavan… mirones,
Cual espadas, cual dagas o puñales,
Se sueltan unos celos torrenciales,
Y un aviso de fuertes nubarrones.
El almíbar no vendrá de esta fruta,
Porque se la agria con una mirada,
La Giralda con su mueca de gata.
El Guadalquivir lleva su cicuta,
Salta el alma de Triana enamorada,
La Macarena mima, ella te mata.
Calella, 03/05/418 – 09:00
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