Si un día cercano te la cruzas por los caminos,
Igual te quedas enganchado a sus caracoles,
La sonrisa de serie y de aires capitalinos,
¡Viva las caenas! con ella son fulgentes soles,
Imagina una vida alegre y libre de espinos,
Abrazada a la luz tenue de algunos faroles.
Madrid es mucho menos Madrid sin su presencia,
A Reina Cibeles parece que algo le falta,
Esencia castiza de un Madrid que con su ausencia
Siempre parece muy triste y por ello resalta.
Tirso, Callao y Santa Ana le hacen la reverencia,
Retiro, Castellana y Atocha con indulgencia
O están a bien con ella o siempre está a la que salta.
Vive su trabajo y su hijo con suma devoción,
A veces la vida la pone cruelmente a prueba,
Libera a ratitos a su doliente corazón,
De sus firmes convicciones no hay quien la mueva,
Escucha siempre que puede a la dichosa razón,
Luce sus mejores galas por mucho que llueva,
Vela con cariño por salvar a su relación,
Insiste hasta la saciedad, con amor renueva
Rezando por los votos de una vida nueva,
Alcanzará, se lo merece, el reino del amor.
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