Cuando uno toma conciencia del desamor que navega por sus venas, brotan
del fondo del fondo del alma estos diálogos con uno mismo.
1 Llega
cada noche oscura, ¡qué tortura!,
con
las ganas de verte inflamadas,si llega ese momento precioso por ventura,
mi alma salta sobresaltada,
y yace solitaria pero arrebatada.
2 Noche oscura que deja a mi alma insegura,
manto negro que la hace disfrazada,
noche triste y negra, ¡qué locura!
mi alma está además incendiada,
y reposa llorosa en mi almohada.
3 ¿Llegará alguna vez la noche dichosa?
aquella que yo a veces veía,
sin esfuerzo, como el que no quiere la cosa,
con la luz de tus ojos como mi guía,
esa misma luz por la que mi corazón se consumía.
4 Esas preguntas llegan a mal puerto,
esas noches nunca serán mediodía,
parece que me haya mirado un tuerto,
cosas del amor que yo no sabía,
esta llama ya no es la misma que ardía.
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