Aunque apretemos con el puño cerrado,
¡A ver si por una vez lo consiguiera!,
No esconderme más por estar enamorado.
Tus temores son los únicos que te ciegan,
Y no te dejan alcanzar de lleno el pleno,
Tus labios siegan negando lo que niegan,
Tus ojos ruegan por vivir todo lo bueno.
Eres tan obstinada con los pies en la tierra,
Todo es una tormenta sin un solo claro,
El cielo encapotado es una afilada sierra,
Que te cercena de cuajo y te deja sin amparo.
Olvidemos el pasado y hagamos las nuevas,
Sigamos a las sombras de nuestras figuras,
Hemos de atrevernos y dejarnos ya de pruebas,
Las almas nos piden un poco de aventuras.
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