No me despeñes mi alma por un risco,
quiero gritar que te amo a todo pulmón,
olvida de una vez tu verbo arisco,
sabes que soy cabezón de Pozo Alcón.
Amo el brillo que tu mirada lucía,
cuando me señalabas con el dedo,
nuestras almas se ponían en sintonía,
por eso sé que lo quiero y lo puedo.
Cuando me hablas mal, mucho me escuece,
no pretendo solo llevarte al huerto,
más ni el milagro del pan y los peces,
hace que atraques al fin en mi puerto
Como gato escaldado en tu tejado,
tu total indiferencia me mata,
tu corazón siempre se ha mofado,
tendrías que concederme una fumata.
BRINDIS
Brindo por esa gente sin subsidio,
por todos los que no tienen abuela,
los que salen ilesos del suicidio,
por los que no aprendieron en la escuela.
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