Una espera casi tan carcelaria,
como una fría cama en el hospital,
un amor tan entero envuelto en gasas,
el alma que te pide la epidural.
Una pequeña habitación tan simple,
nervios por la gran pequeña intervención,
unos versos con esa concentración,
un dolor insoportable en la ingle.
Se han pasado cuatro largas horas,
tan esperada noticia ha llegado,
risas y carcajadas son sonoras.
Todo está en el más perfecto estado,
Los miedos no están porque los ignoras,
Colorado, este cuento ha acabado.
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