cuando mis sentimientos se mostraban,
las tardes soleadas en grises se tornaban,
y los atardeceres de colores ya no ardían.
Con una gruesa manta negra se cubrían,
queriendo mostrar que allí ya no estaban,
parecían doblar la rodilla y el pie hincaban,
pero sobre sus cenizas cálidas se revolvían.
Por mucho que lo ignorases estaba hecho el daño,
pero con las lágrimas derramadas crecer parecía,
estas cenizas de amor que con lágrimas regabas.
Sin querer tu mente te ha llevado a engaño,
por eso lloras tan desconsolada cada día,
porque sabes que sin razón, simplemente te amaba.
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