que es más infeliz el que más ama,
que tras la tormenta nunca llega la paz,
y que la libertad nunca llega a nuestra cama.
Parece que el brazo nunca se ha partido,
que la cara nunca va a capela,
que a falta de pan, tortas nunca ha habido,
y que ya no es marinera lo que queda de tela.
Parece que Dios siempre va a malas,
que lo hecho nunca encuentra al pecho,
que ya ni el Red Bull nos da alas,
y que no te cantan las cuarenta por lo hecho.
Parece que ya no se borra ni la cuenta nueva,
que los perros atan a las longanizas,
que siempre es tarde cuando la dicha es buena,
y que el muerto te carga cuando agonizas.
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