Ni acuses sin recibo de que paso,
De este ocaso.
Hace tiempo que es final de jornada,
Que está muy helada la madrugada,
En traspaso.
Mi corazón ya no te rinde cuenta,
Muchas veces, todo es lo que aparenta,
Punto final.
Así de claro es sin cartón ni trampa,
Porque sólo me mojo cuando escampa,
Frágil cristal.
La rutina cabrona no se esfuma,
Rezuma vinagre y todo perfuma
De tristeza.
Ese gran pecado es que cuando pecas,
Lo haces rompiendo todas las muñecas,
Sin certeza.
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