Sin conocerte siquiera no me eras extraña,
Al día, conmigo mismo tengo más de una guerra,
Y fustigo a mi propio corazón con gran saña,
No tengo claro lo que tu corazón encierra,
El mío anda pregonándolo por toda España,
Sin más modismos, éstos son mis únicos modos,
Te lo puedo decir en la lengua de los Godos.
10 Tú eres mi referente, mi amor, mi gran codicia,
Has transformado mi miedo en bello atrevimiento,
Que no me quieras querer, la mayor injusticia,
Dejaré reposar mi alma muerta en un convento,
Al menos tengo claro que no es por mi malicia,
Más bien te falta un buen punto de convencimiento,
Yo no te puedo ofrecer ningún pequeño imperio,
Más si te digo que no te quiero en cautiverio.
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