Bajo los efluvios de un buen vino,
Quiero cantarte mi son,
Que brota del corazón.
Porque cuando estás ausente,
No paro de soñar,
Te tengo tatuada en mi mente,
Con la inmensidad del mar.
Espero desesperado tus noticias,
Escondido en algún rincón,
Al igual que las novicias
Esconden su corazón.
No hay amor más grande en esta tierra
Y te lo demuestro desde donde esté,
Desde el pico más alto de la sierra,
Tu precioso nombre vocearé.
Hasta la última gota de mi sangre,
Te tengo que ofrecer,
¡que me muero por tus huesos!
¡por tus labios de rojo clavel!
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