A veces soltaba a su escondida fiera,
Plantando cara al impetuoso viento,
No se tomaba casi nunca nada a la ligera,
Era amor del bueno ciento por ciento,
Le costaba asimilar que era lo que era,
Eso que no andábamos faltos de talento,
Pero siempre a su corazón reducía,
Soñando tanto de noche como de día.
10
El móvil aparece siempre bastante lleno,
De una melancolía siempre abortada,
Mi imagen lleva tatuada en su seno,
Con la palabra que es la más sonada,
Brisa de esperanza sobre el verde heno,
Cada otoño con su imagen más dorada.
Triste es cada amanecer, cada aurora,
Viendo como en la lejanía va y se dora.
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