245 TOQUE A DESPEDIDA
Ese toque a despedida,
desabrido y ausente,
es una bala perdida,
alojada en mi frente.
Es sin arrebato. Firme.
Rubricado con sollozos,
parándote a exigirme,
lanzar mi alma a un pozo.
A un pozo sin fondo,
a un abismo infinito,
a un llanto eterno.
Con un dolor muy hondo,
con sabor a finiquito,
con mucho olor a infierno.
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